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Tips para una alimentación complementaria sana

El inicio de la alimentación complementaria se refiere al momento en el que se introduce al niño a otros alimentos distintos a la leche (materna y/o fórmula). 

Es una etapa progresiva, de adaptación y lenta, ya que requiere de habilidades motoras, gustativas y de deglución que se van adquiriendo paulatinamente. Hay pediatras que le llaman a esto destete, pero en lo personal yo prefiero evitar este término ya que puede suponer que debe dejarse la lactancia o que ésta se sustituye con otra cosa, cuando en realidad la leche continúa siendo la fuente principal de proteínas y nutrientes hasta aproximadamente el año. 

Este período inicia alrededor de los 5-6 meses, no antes ni mucho después por el riesgo de desarrollar alergias alimentarias. Clásicamente se caracteriza por la introducción de papillas, purés, sopas y cremas; pero actualmente no se limita a esto e inclusive se recomienda ir ofreciendo de forma precoz alimentos cada vez más consistentes como trozos de vegetales cocidos (auyama, calabacín, zanahoria, papa) y frutas dulces maduras (cambur, lechosa, patilla, mango) de forma que el bebé aprenda a agarrar el alimento y llevárselo a la boca por sí solo y masticar, lo que eventualmente promueve la seguridad e independencia y facilita el proceso para el niño ya que se va sintiendo cómodo y natural a la hora de alimentarse. 

En todo caso, sea como sea que se decida iniciar la alimentación la idea NO es darle alimentos para engordarlo o porque necesite más nutrientes y vitaminas, su objetivo principal es incorporar al niño a otros sabores, texturas, movimientos (de masticación y agarre) y por lo tanto requiere paciencia y amor, no se debe hacer de esto una batalla ni un conflicto ya que puede generar en el niño más bien rechazo y confusión. 

Tips para una alimentación sana y feliz desde el inicio

  1. La alimentación del humano que al inicio se denomina complementaria por ser la leche todavía la fuente principal de proteínas hasta el año, requiere de destrezas motoras y neurológicas que por lo general se alcanzan entre los 5 a 6 meses de vida, tales como control del tronco y sedestación al menos con apoyo (el niño siempre debe comer sentado), que agarre objetos con la mano y se los lleve a la boca, que demuestre interés en los olores y los alimentos distintos a la leche. 
  2. Dejar al niño “jugar” con la comida, es decir permitirle tocarla, olerla y ensuciarse con ella (de cualquier manera y a cualquier edad lo va a hacer por lo que es preferible que satisfaga esta necesidad de experimentar antes del año con poca cantidad que a los 2 o 3 años con un plato grande de comida). 
  3. La temperatura de la comida no debe ser muy caliente, tibia a temperatura ambiente sería lo ideal. 
  4. La comida debe ser preparada en el momento y/o en el mismo día que se va a ofrecer, especialmente antes del año, a pesar que por lo general sobra mucha comida al principio no puede darse recalentada al día siguiente.
  5. Cada nuevo alimento debe ser ofrecido con exclusividad por 3 a 5 días, ya que es el momento de detectar susceptibilidad a alergias alimentarias. 
  6. La progresión de alimentos a probar es la siguiente: cereales (preferiblemente los fortificados con hierro) como arroz, maíz, avena y cebada (excepto el trigo que se reservará hasta después de los 7 meses si el niño no tiene antecedentes familiares de alergia al trigo), vegetales como calabaza, calabacín, zanahoria, papa, guisantes y frutas (no cítricas).
  7. Iniciar la proteína animal (carne de res o ternera y pollo) después de haber probado todos los vegetales principales (alrededor de los 7 meses), debe cuidarse de no agregar mucha cantidad ya que el riñón propiamente inmaduro del niño podría sobrecargarse (No más de 20 gramos al día). 
  8. En lo personal y por la experiencia de observar que el niño es afín a los sabores dulces, sugiero dejar la fruta (especialmente las frutas maduras y naturalmente dulces) para el final (que el niño pruebe primero los sabores de los cereales y vegetales y posteriormente la fruta). 
  9. Preferiblemente ofrecer las frutas en compotas naturales o trocitos machacados y no en jugo, la comida no debe ser acompañada con jugo sino con agua (y en poca cantidad), ya que el jugo sacia el hambre del niño y luego rechazará los demás alimentos. 
  10. No asumir que la “resistencia natural” del niño a los nuevos sabores a los que está siendo expuesto significa que no son de su agrado o que es un niño difícil, éste es un proceso lento y requiere paciencia, para que el paladar se adapte a un nuevo sabor requiere mínimo 10 pruebas de cada alimento. 
  11. Alentar al niño a agarrar su propia cucharilla y a llevársela a la boca (desde el principio y en la medida que vaya entendiendo).
  12. Respetar cuando el niño esté satisfecho (así sea con sólo unas cuantas probadas o picaditas del alimento) y no forzarlo u obligarlo a comerse todo lo que está en el plato (es allí cuando empieza la guerra al momento de comer). 
  13. Es normal que entre los 6 a 12 meses, inmediatamente se le haya ofrecido el alimento (y aún cuando se lo haya comido en su totalidad), el niño solicite adicionalmente leche materna o fórmula.

Texto. Dra. Liliana Rada, pediatra.

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