MediQuo Blog Día Mundial contra el Dolor. Dolor neuropático

El contrato indefinido que firma el dolor crónico con nuestro cuerpo

El dolor es algo que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Pero, ¿qué sabemos realmente sobre el dolor y sus formas de manifestación? Hoy, en el Día Mundial contra el Dolor, vamos a hablar de un tipo de dolor que persiste en el tiempo, y que puede afectar a cualquiera de nosotros. Nos referimos al dolor neuropático, que puede surgir por diversas razones, como una cirugía, tras un ictus, como una complicación de la diabetes, en el contexto de un cáncer o secundaria a una infección del virus causante del herpes zóster.

Este dolor se produce por un funcionamiento anormal de nuestro sistema nervioso, que se equivoca al interpretar estímulos que recibimos como dolorosos cuando en realidad no lo son, o al percibir el dolor exageradamente más intenso.

El dolor: un aviso de problemas en el cuerpo

El dolor es una señal que nos alerta cuando algo no está funcionando correctamente en nuestro cuerpo. Puede ser agudo o crónico. El dolor agudo generalmente desaparece cuando la causa subyacente se resuelve. Por otro lado, el dolor crónico persiste a lo largo del tiempo y se convierte en una enfermedad en sí misma. Cuando una persona tiene dolor crónico puede asumir que tendrá que aprender a convivir con él, durante un tiempo o indefinidamente.

El dolor, hablando del dolor en el día Mundial contra el Dolor_banner

El Herpes Zóster: La reactivación de la varicela

Esta afección se desencadena cuando el virus varicela zóster, que ha permanecido inactivo en nuestro cuerpo después de haber tenido varicela, se reactiva. El herpes zóster puede afectar a cualquiera que haya tenido varicela en el pasado, pero es más común a partir de los 50 años y en personas con un sistema inmunitario debilitado.

Los síntomas del Herpes Zóster

El herpes zóster se manifiesta con pequeñas ampollas que suelen aparecer agrupadas en la piel, a menudo en un solo lado del cuerpo, en áreas como la cintura, la espalda o la cara. El primer síntoma suele ser un dolor agudo, que se describe como ardiente y punzante en la zona donde aparecen las ampollas, acompañado de malestar general.

Actuar rápidamente es fundamental

El dolor y las ampollas por lo general desaparecen en un período de dos a cuatro semanas, pero es crucial buscar atención médica de inmediato cuando aparecen las ampollas. Un tratamiento temprano, preferiblemente dentro de las primeras 72 horas, puede ayudar a prevenir complicaciones y aliviar el dolor causado por el herpes zóster. Este tratamiento se centra en detener la multiplicación del virus y reducir el dolor.

La neuralgia postherpética: cuando el dolor persiste

Hasta el 30% de los pacientes continúan experimentando dolor después de que el sarpullido desaparece. Esta complicación se conoce como neuralgia postherpética y se caracteriza por un dolor que puede variar desde leve hasta insoportable. Los pacientes describen sensaciones de ardor, frío intenso, punzadas, sensaciones eléctricas, entre otras.

La importancia de reconocer el dolor neuropático

El dolor neuropático puede ser difícil de identificar, lo que a veces lleva a diagnósticos tardíos. Si tú o alguien que conoces experimenta estos síntomas de dolor neuropático, es esencial buscar atención médica lo antes posible para un diagnóstico adecuado.

Para obtener más información sobre el herpes zóster visita la web www.virusherpeszoster.es y consulta con tu médico.

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